Si sueles tentarte con la comida y por eso no cuidas siempre las normas de cashrut…
Si eres adicto al alcohol y tu salud física y emocional se están deteriorando mientras estropeas el vínculo con tu familia y tus amigos…
Si tienes mal genio y carácter y por eso siempre terminas ofendiendo a alguien o generando peleas y enfrentamientos…
Si engañas a tu marido o a tu esposa porque no puedes controlarte…
¿Tal vez ha llegado el momento de que pienses si estás viviendo de acuerdo a aquellos valores que declaras y con los que te comprometiste alguna vez?
Y surgen preguntas: ¿Deberías arrepentirte? ¿Puedes arrepentirte? ¿Tendría valor tu arrepentimiento?
Arrepentimiento-Teshuvá es junto a la plegaria-Tefilá y justicia social-Tzedaká uno de los temas centrales durante Iamim Noraim.
Ante todo nuestra tradición nos indica que durante el mes de Elul que precede a Rosh Hashaná es tiempo de Jeshvón Hanefesh, de balance integral para nuestra persona. Un período destinado a la reflexión que nos ayude a alcanzar el arrepentimiento y reparación personal.
Con el nuevo mes que en Ivrit es Jodesh y significa nuevo, somos llamados a renovarnos y con el nuevo año que es Shaná (de leshanot) a cambiar aquello que nos perjudica, aquello que daña a los demás y atenta contra los valores milenarios de nuestra tradición.
La cultura judía es esencialmente una cultura de valores, y cree básicamente en el bien y el mal, en la acción y la falta de acción y el Jeshvón Hanefesh y la Teshuvá son parte de estas creencias.
El mundo judío tiene sus parámetros y medidas y nos obliga a realizar un balance, individual, de Israel y del mundo. En la biblia en general y en especial en la Torá, el Jeshvon Hanefesh es muy importante, el balance del pueblo y también del mundo entero.
El primer ejemplo bíblico en que podemos hablar de Jeshvon Hanefesh, del balance, es del mundo entero y el Jeshvon lo hace Dios mismo:
“Y vio Adonai que la maldad del ser humano era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón era solamente el mal. Y se arrepintió Adonai de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Adonai: borraré de sobre la faz de la tierra al ser humano que he creado, desde el Adam hasta el animal y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho”. (Génesis 6: 5-7)
Si dejamos por un instante los problemas teológicos que traen estos versículos, sin dudas el texto es un modelo básico de Jeshvón Hanefesh. Un balance general en el que quien lo realiza, calcula o valora las acciones y decide actuar en consecuencia a las conclusiones que surgen.
En este primer Jeshvón Hanefesh, cuya conclusión fue el diluvio encontramos todos los componentes:
La observación y la revisión del asunto, la conclusión de la síntesis de la situación que no fue positiva, el arrepentimiento y la conclusión que surgió del hecho.
Pero, ¿Hay una sola forma posible de Teshuvá o existen otras opciones válidas y distintos métodos disponibles? Rabí Iehuda Hejasid explica en el libro “Sefer Jasidim” el término Teshuvá.
Según este piadoso maestro del siglo 12 existen cuatro variantes del concepto de Teshuvá y se basa en que el término y la idea de Teshuvá, es mencionada cuatro veces en Parashat Nitzavim.
Teshuvat Habaá es cuando la persona vuelve a la instancia en la que cometió la falta o el error, a las mismas condiciones y podría volver a caer y transgredir como le pasó antes de la Teshuvá, pero esta vez pasará la prueba y no cometerá el error.
Por un lado es el ideal de Teshuvá en el que podemos demostrar que no fracasaremos nuevamente, pero de un alto riesgo. Es volver al lugar de la transgresión y quizá volver a tropezar.
Teshuvat Hakatuv es cuando una persona que cometió un error y está arrepentida, debe encontrar en la Torá los versículos que dictaminen sobre su transgresión y deberá decretar para sí misma un castigo parecido al propuesto por la Torá.
En caso que esté prevista la muerte como castigo deberá realizar sacrificios peligrosos, pero sin llegar al suicidio que está prohibido.
Teshuvat Hagader es la opción que propone un límite para la persona, limitar la propia conducta, evitando exponerse y acercarse a la transgresión cometida antes de decidir hacer Teshuvá.
Si eres alcohólico no deberás acercarte al vino ni a otras bebidas alcohólicas, si tienes problemas con el dinero, no manejarás dinero. Si cometiste adulterio, no volverás a encontrarte con tu amante bajo ninguna condición.
Evitarlo, hasta limitarse más de lo usual para no caer nuevamente en la tentación. Esta Teshuvá tiene como premisa la prevención, en base a la experiencia. Esta opción era muy aconsejada en la época de los piadosos-Jasidim de Ashkenaz, aún más que la primera mencionada.
Los Jasidim se reunían en torno a la Torá y al estudio, llevaban una vida asceta inclusive siendo más estrictos que la propuesta de la Halajá.
Teshuvat hamishkal el que se arrepiente debe aceptar privaciones que se equiparen al placer que disfrutó al cometer el error. Es anular el placer por medio de sufrimientos.
Esta idea es totalmente opuesta al análisis que trae el Maimónides.
Para él médico, filósofo y rabino, la persona no disfruta al transgredir y el error produce dolor y sufrimiento. Aun cuando la persona que transgrede esté convencida que disfrutaba. Pero en realidad atenta contra su propia felicidad y placer.
Maimónides se inclinó por la primera propuesta, sin necesidad de castigos en conexión con la Teshuvá. Para él la teshuvá supone una limpieza, claridad y bienestar para el alma. Y la incluyó entre las 613 mitzvot.
Teshuvat Habá es el ideal, que ve a la transgresión como una opción para ser sanada, reparada. Hoy cuando hablamos de Teshuvá hablamos de esta opción.
La que comienza con el Jeshvón Hanefesh y continúa con la Teshuvá y la opción de reparar aquellas faltas cometidas en relación a nuestros semejantes y en relación a Dios volviendo al camino de los preceptos y la Torá.
Sin embargo comparto la propuesta de los jasidim, porque como bien sabemos no somos ángeles, ni tan justos-Tzadikim y tal vez la propuesta de Teshuvat Habaá, es decir, volver a estar en la misma o similar situación y no errar, es un ideal muy difícil de alcanzar y concretar.
Así como en las páginas del TalmudReferring to one of two collections, the Jerusalem and Babylonian Talmuds, edited in the 6th century, that contains hundreds of years of commentary, discussion, and exploration of the ideas in the Mishnah. One could describe it as Mishnah + Gemara = Talmud están las opciones y las opiniones para ser revisadas en cada generación, mi propuesta es tomar algo de lo propuesto por los Jasidim para no equivocarnos, para sanarnos y mejorar nuestro entorno.
Concretamente si algo te hace mal no te expongas y coloca un límite, un cerco (Gader) que es la tercera propuesta de Teshuvá.
Si piensas que debes equiparar algo malo que hiciste con una privación, adelante, tal vez puedes encontrar inspiración en los versículos de la Torá como sugiere Teshuvat Hakatuv.
El ayuno, las plegarias, los rituales ancestrales nos regalan la oportunidad de compartir y celebrar la tradición con familia y amigos. Y también nos invitan e inspiran a comenzar nuestro Jeshvón Hanefesh y realizar una Teshuvá sincera, aspirando a ser inscriptos en el libro de la vida plena.
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Nació en Argentina, recibió su ordenación rabínica en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer en diciembre del 2012 después de finalizar sus estudios en el Machon Schechter en Jerusalén. Egresada de la carrera de humanidades, The Open University of Israel. Se desempeñó durante más de 25 años como docente de estudios judaicos en instituciones primarias, secundarias y terciarias de la red escolar judía en Bs As. Hasta el 2017 se desempeñó como Rabina en la comunidad Bet Hilel, Palermo, Buenos Aires. Fue Decana del área de liderazgo religioso y del Instituto A. J. Heschel para la formación rabínica en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer y presidenta de la Asamblea Rabínica Latinoamericana y actualmente es la presidente de la Asamblea Rabínica Latinoamericana. Coordina talleres de estudio y práctica de Musar para fomentar una vida de mayor significado y mejora en los vínculos. Da charlas en diferentes ámbitos, coordina grupos de estudio y realiza una intensa labor espiritual y rabínica. Desde agosto 2023 es la Rabina de la comunidad Benei Tikva. Judy está casada hace 40 años con Danny kohn y su familia está conformada por Tammy Kohn y Matías Chervonagura padres de Maia y Eitan y por Uri Kohn y Jeanette Blicher padres de Noa y Eden.
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